de Brenda Abigail Carrizales Gudiño
Un hombre lame la sangre en el campo de guerra
consagrándolo así, como suyo
ese hombre no puedo ser yo:
mi glotonería es inasequible
la comparo sólo con la de Calígula
porque la cabeza que deseo
es la de la humanidad entera
aspiro a devorar en un caldo de sangre
el cerebro de ilustres pensadores
sobrepasar cada uno de mis estadios:
sentarme en un trono de hierro humeante
hasta aspirar mi carne hecha cenizas
Yo: mi irascibilidad exhaustiva
quien obliga a aquel hombre a lamer la sangre
a consagrar en mi nombre
mi nombre: soy yo
yo soy ese hombre