DE ENRIQUE HECTOR GONZALEZ
Despertar con tus alas
deletreando la luz
de la calle parada en la ventana,
como un animal asustado.
Amanecer con el guiño inguinal
de tus piernas insensatas
latiendo en la daga
degollada de mi deseo emasculado.
Volver a llenarme de pájaros
empapados de espuma,
como antes.