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de Juan Carlos Padilla Monroy

 

Un suave movimiento en las manecillas del reloj, y continúo

esperando ansioso mi visita. Se aproxima la hora del té y el

invitado aún no llega; es inaceptable para un inglés de su categoría

un retraso de semejante magnitud.

Tomo mi reloj de bolsillo… objeto más valioso no puede

haber; el tiempo es tan necesario para el hombre como su existencia,

y sin embargo, tan detestable como la indeseable libertad.

Quizá estoy perdiendo lo más preciado que poseo. Pues

siempre estoy pensando que me hago más viejo y sabio, cuando sólo

me hago viejo .

El tiempo evoca en mi memoria, recuerdos inútiles que

consumen el eterno retorno del pasado entero de mi vida; aceptar

que no hay peor y más implacable usurero que el tiempo, y cuando

se le obliga a hacer anticipos, cobra intereses más altos de los que

pudiera cobrar cualquier judío … el tiempo me roba la vida. El

Sol asoma, la Luna se oculta cada día y parece no importarme,

envejezco y apenas me doy cuenta. El Sol es el mismo realmente,

mas carente de respiración profunda me asecha la muerte . Estoy

limitado por este infame aparato que regula mi vida y me somete a

ella como la mano al hierro.

Mi vida es muy corta, y tardo tanto tiempo en

comprenderme, que no hay momento para disfrutar el alba…

Tomo el reloj de oro del bolsillo de mi saco y con furiosa

ira, lo arrojo contra el suelo y satisfecho, lo veo despedazarse;

emocionado, derribo el reloj del muro, y loco, resisto la represión

que contrae y tortura mi cabeza con el funesto sonido.

Irónicamente el tiempo no puede dejar de lado el tiempo,

y yo sí, y estoy feliz… pero el invitado aún no llega.

David Gilmour

Siempre estoy pensando que me hago más viejo y sabio, cuando sólo me hago viejo.

Arthur Schopenhauer

No hay más implacable usurero que el tiempo

Pink Floyd

El Sol es el mismo realmente, mas carente de respiración profunda me asecha la muerte