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Cuando sientas que traes el agua hasta el cuello, no te preocupes: el arte sabe nadar.

Blub

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El mensaje detrás de la máscara

CECILIA DURAN MENA

 

En Florencia, mientras vas caminando, la belleza sale al paso

para maravillar al visitante. No se necesita ser un experto para

disfrutar. Sin embargo, es necesario estar atento. La ciudad nos

presenta mensajes discretos: no todo está dicho. En la penumbra,

aparecen carteles con caras que nos resultan conocidas. Pueden

ser grandes maestros del arte o contemporáneos. Lo mismo

encuentras pintores que escritores o cantantes, pero a todos los

une una característica interesante: están cubiertas por un visor

como el que utilizan los buzos. Son pósters que van marcados

por un toque humorístico y buscan traernos un mensaje. Desde

luego, el espectador debe poner de su parte.

Estos carteles son una forma de expresión callejera,

no siempre aceptada por las autoridades de la ciudad, que en

una primera reacción nos pintan una sonrisa por la originalidad

de la irreverencia y al profundizar en la propuesta nos llevan a

simpatizar con su tesis. El responsable de esto es Blub, un artista

urbano florentino, cuya propuesta es sencilla: “El arte sabe

nadar. Cuando sientas que tienes el agua hasta el cuello, no hay

problema: el arte sabe nadar”. Entonces, el espectador atento

recorre el camino que va de la penumbra al deslumbramiento.

Nos encontramos a Dante con visor, a varios miembros de la

familia Medici, pero también al David de Miguel Ángel, o

a imágenes de Boticcelli y a tantos más que flotan en el agua

entre burbujas. En la lista hallamos lo mismo a Leonardo que a

Picasso, a Dalí, a David Bowie o a Amy Winehouse. El beso entre

Marcello Mastroianni y Anita Ekberg se fusiona entre burbujas

y un telón de agua. Sé que a muchos les parecerá irreverente y que habrá puristas que no consideren como propuestas serias a

las obras callejeras, pero si las filas para entrar a la Academia no

te permitieron ver la escultura más famosa de Buonarotti o si la

economía no dio para pagar el boleto de la Galleria Uffizi, o si

sencillamente las galerías resultan ambientes inaccesibles, Blub

nos confirma que el arte sabe nadar y llega a todo aquel que lleva

el ojo listo para ver.

Blub aceptó platicar con nosotros sobre su propuesta.

Guarda una posición discreta, pero se muestra accesible. Nos

comunicamos vía correo electrónico, en italiano con la ayuda del

traductor de Google.

Por escrito: ¿Quién es Blub?

Blub: Pueden no saberlo, pero he elegido permanecer en el

anonimato, por lo que no puedo dar toda la información.

Por escrito: ¿Qué me puedes decir?

Blub: Estoy en Florencia, te puedo decir. También te puedo

decir que me alegro de que estén impresionados por el mensaje

detrás de la máscara de buceo.

Por escrito: ¿Cómo inició esta propuesta?

Blub: Al principio era un juego, pero más tarde fue claro para

mí que el mensaje detrás de las máscaras es exactamente que

cada forma de arte que los seres humanos pueden lograr no se

detiene frente a ningún tipo de crisis. De hecho, la crisis nos

ayuda a encontrar opciones y crear algo diferente, o alternativo.

Por escrito: ¿Qué es la crisis para Blub?

Blub: La crisis es una oportunidad. Por supuesto, todo depende

de la forma en que reaccionamos al respecto.

Por escrito: ¿Cuál es el mensaje detrás de la máscara?

Blub: Reflejar mi forma de vida, la búsqueda de la mejora

personal, evolucionar como ser humano, incluso en medio de la

dificultad o de crisis. Es llevar recado al espectador una búsqueda

interior de belleza, de confianza en la vida.

Por escrito: ¿Qué busca Blub con estos carteles?

Blub: Hacer sonreír a la gente. El objetivo que se cumple con mis

obras de agua para la ciudad. El mensaje ya se está transmitiendo.

Para mí, esto es mi pequeño esfuerzo de hacer algo positivo, algo

que compartir con los demás. Además, me gusta estar en la calle,

aunque respeto las fachadas. Principalmente instalo mis obras en

puertas metálicas o sobre los medidores de luz. ¡Están en todas

partes y ahora están mucho más lindos!

Por escrito: Burbujas, agua ¿qué significa todo eso?

Blub: Significa que creo que, si tienes el agua hasta el cuello, no

hay problema: el arte sabe nadar.

El trabajo de Blub es un replanteamiento del pasado, así como

un redescubrimiento del presente. Con estas intervenciones,

tanto obras como grandes maestros nos hablan, no sólo en el

lenguaje que ellos mismos utilizaron en su época, sino a través de

un elemento actual.

Ver a Dante con el agua hasta el cuello nos evoca un

contexto actual en el que el artista no cierra los ojos ante la

realidad del entorno, que es la que él vive, en la que se desarrolla

y que le atañe. Sus carteles son una respuesta en un mundo lleno

de múltiples dilemas y grandes contradicciones. Blub es capaz de

poner humor en este contexto y en medio de las preocupaciones

cotidianas en una Florencia señorial, nos ofrece un motivo para

sonreír.

En esa condición, el mensaje detrás de la máscara puede llegar a

ser sublime. No sólo por lo que nos muestra, sino por la reacción

que causa en el espectador. Sin duda, el arte de Blub sabe nadar.

Hoy su mensaje ya cruzó el mar.

 

En un distante cantero…

de Tony Cantero

 

Me estoy poniendo viejo, me miro y lo comprendo pues,

aunque aún corpulento, ya todo no deseo. Ya no me veo en

conciertos, ya no bailo el día entero, ahora sólo pienso y pienso,

en la vida que llevo. Ya no hay noches de juergas, de faldas y

mareos, ya no le canto a un lucero, ni al sol escribo versos. Ahora

sólo pienso y pienso, que si vuelvo, o si regreso, que si no tengo

sonrío y sigo andando sereno, contento compilando sueños.

—Y ahora sólo pienso y pienso, en los días que he

vivido, buenos y malos, efímeros…

Y me digo quizás viejo, pero en fin, si es divertido,

tener un pasado da abrigos, a amores y sacrificios. Familiares de

testigos, los amigos del oficio, las parrandas y los vinos, pero al

fin somos los mismos, desde el día en que nacimos, hasta la hora

de morirnos. Y quizás me digo viejo, porque me siento distinto,

pero si me pongo al hilo, me visto de negro lindo. De pulgada de

madero y de aroma de eucalipto, de mí mismo.

Y quizás me diga viejo porque sólo pienso y pienso, a los

restos que conservo, de mi antaño en otro tiempo. Al amor que

a diario anhelo, a la voz de mis adentros, a la miel del colmenero

y a la flor del sentimiento. Porque sólo pienso y pienso ya que el

fuego me da al cuello, porque las puertas de hierro sin rodeos las

he abierto. Porque lluevo y porque trueno y porque llevo un alma

adentro, en mis añejos cimientos de bohemio.

—En mi más allá que encuentro en un distante cantero,

sin misterios; y quizás me diga viejo pero a los cuarenta y cuentos

sigo siendo un jovenzuelo, porque siento mi reflejo.

—Y me lo vivo creyendo; y porque aún suelto mis

pétalos, en cada cana que peino…

—¡En un distante cantero, donde florezco!